El Consejo Europeo aprueba la nueva directiva de tratamiendo de aguas residuales urbanas

6 noviembre 2024

El Consejo Europeo ha aprobado la nueva Directiva de Tratamiento de Aguas Residuales Urbanas que amplía el ámbito de aplicación a aglomeraciones más pequeñas, abarca más contaminantes, incluidos los microcontaminantes, y contribuye a la neutralidad energética. Los Estados miembros de la UE dispondrán de un plazo de hasta 31 meses para adaptar su legislación nacional a las nuevas normas establecidas tras la aprobación de la directiva.

 

Ampliación de alcance y más contaminantes incluidos

Con esta nueva directiva, los Estados miembros deben tratar las aguas residuales de todas las aglomeraciones de más de 1.000 equivalentes de población (e-h) de acuerdo con las normas mínimas de la UE, en lugar del umbral de 2.000 equivalentes de población establecido en las normas anteriores. Para combatir mejor la contaminación y evitar el vertido de aguas residuales urbanas sin tratar al medio ambiente, todas las aglomeraciones de entre 1.000 y 2.000 equivalentes de población deben estar dotadas de sistemas colectores y todas las fuentes de aguas residuales domésticas deben estar conectadas a estos sistemas antes de 2035.

En el caso de dichas aglomeraciones, antes de 2035 los Estados miembros tendrán que eliminar la materia orgánica biodegradable de las aguas residuales urbanas (tratamiento secundario) antes de que se viertan al medio ambiente. Se aplicarán excepciones a los Estados miembros en los que la cobertura de los sistemas colectores sea muy baja y, por tanto, exija inversiones significativas. Los Estados miembros que se han adherido a la UE más recientemente y ya han realizado inversiones significativas más recientes para aplicar la directiva actual (es decir, Rumanía, Bulgaria y Croacia) también pueden beneficiarse de las excepciones.

De aquí a 2039, la eliminación de nitrógeno y fósforo (tratamiento terciario) será obligatoria para las plantas de tratamiento de aguas residuales urbanas que traten aguas residuales urbanas con una carga de 150.000 equivalentes de población o más. En el caso de las plantas de tratamiento de aguas residuales urbanas, en 2045 los Estados miembros tendrán que aplicar un tratamiento adicional para eliminar los microcontaminantes, conocido como tratamiento cuaternario.

Microcontaminantes

Los productores de productos farmacéuticos y cosméticos, la principal fuente de microcontaminantes en las aguas residuales urbanas, tendrán que contribuir con un mínimo del 80 % de los costes adicionales del tratamiento cuaternario, a través de un sistema de responsabilidad ampliada del productor (REP) y de conformidad con el principio de «quien contamina paga».

Hacia la neutralidad energética

El sector del tratamiento de aguas residuales urbanas podría desempeñar un papel importante a la hora de reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y ayudar a la UE a alcanzar su objetivo de neutralidad climática. Las nuevas normas introducen un objetivo de neutralidad energética, lo que significa que, en 2045, las plantas de tratamiento de aguas residuales urbanas que traten una carga equivalente a 10 000 habitantes o más tendrán que utilizar energía procedente de fuentes renovables generadas por las respectivas plantas.

 

Próximos pasos

Esta adopción formal marca el último paso del procedimiento legislativo ordinario. La directiva se firmará y publicará ahora en el Diario Oficial de la UE y entrará en vigor el vigésimo día siguiente a su publicación. Los Estados miembros de la UE dispondrán de un plazo de hasta 31 meses para adaptar su legislación nacional a las nuevas normas («transponer la directiva»).

 

Contexto

La directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas se adoptó en 1991. Su objetivo era «proteger el medioambiente de los efectos adversos de los vertidos de aguas residuales procedentes de fuentes urbanas y de determinadas industrias». El objetivo de esta directiva era «proteger el medioambiente de los efectos adversos de los vertidos de aguas residuales de origen urbano y de determinadas industrias».

La Comisión llevó a cabo una evaluación de la directiva en 2019. La evaluación confirmó que la directiva anterior había demostrado ser muy eficaz para reducir la contaminación del agua y mejorar el tratamiento de los vertidos de aguas residuales en las últimas tres décadas

Sin embargo, también mostró que todavía había fuentes de contaminación que aún no estaban siendo abordadas adecuadamente por las normas existentes. Entre ellas figuraba la contaminación procedente de aglomeraciones más pequeñas y un amplio espectro de microcontaminantes nocivos. Además, la evaluación puso de relieve que el sector de las aguas residuales urbanas es uno de los mayores consumidores de energía del sector público.

La Comisión presentó su propuesta de directiva revisada el 26 de octubre de 2022. Los dos colegisladores llegaron a un acuerdo sobre la forma final del texto el 29 de enero de 2024.

 

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