AEDyR hace públicas las necesidades más prioritarias para el sector que deberían ser abordadas por el Gobierno en la recién iniciada legislatura. Entre ellas se encuentran la planificación de más plantas de desalación y reutilización en el Plan Hidrológico Nacional, un marco normativo robusto y claro, la reducción y agilización de los plazos de tramitación administrativa, la simplificación de procedimientos y potenciar la colaboración público-privada.
Asimismo, AEDyR anima a potenciar y visibilizar desde el Estado la imagen de España como país pionero y líder en desalación y reutilización, así como el papel de las empresas españolas, ya que si se toma esta iniciativa se abrirán oportunidades para la colaboración internacional en proyectos relacionados con el agua.
AEDyR afirma que la desalación y la reutilización del agua son elementos clave en el Plan Hidrológico Nacional español como soluciones para reducir los déficits hídricos históricos, optimizar el uso del agua y fortalecer la seguridad hídrica a largo plazo. La primera permitiría aprovechar fuentes alternativas de agua, mientras que la segunda complementa a la anterior y no la sustituye, y aportaría recursos hídricos adicionales. “Un ejemplo claro en España es el caso de la Región de Murcia, en la que se reutiliza más del 97% del agua residual tratada”, señala AEDyR.
Además, añade que el incremento de plantas de desalación y reutilización del agua “contribuiría al cumplimiento del compromiso de España en la reducción de los déficits históricos y el logro de los objetivos del Plan DSEAR (Depuración, Saneamiento, Eficiencia, Ahorro y Reutilización) y la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea”. Y, como consecuencia adicional, la inclusión y construcción de estas plantas “puede generar empleo y desarrollo económico y medioambiental”.
La Asociación explica, asimismo, que para proporcionar un entorno propicio para el desarrollo de proyectos es necesario diseñar un marco normativo de contratación robusto y claro para estimular la inversión, fomentar la competitividad, acelerar la implementación de proyectos clave y ofrecer seguridad a las empresas involucradas en proyectos hídricos. En este sentido, cree fundamental la reducción y agilización de los plazos de tramitación administrativa para la contratación de nuevos proyectos con el fin de promover la eficiencia y rápida ejecución de los mismos. Y, para acometer proyectos hídricos a gran escala y que tengan éxito, defiende la colaboración público-privada y el establecimiento de mecanismos de diálogo entre las empresas y las Administraciones públicas. Recomienda, asimismo, invertir en plantas de tratamiento nuevas, en remodelar las existentes y en programas de optimización de las condiciones de operación y mantenimiento de las instalaciones.
Respecto a la reutilización de agua, aconseja poner en valor la experiencia de España y reforzar y consolidar su liderazgo, del que destaca, por ejemplo, que “vamos a la cabeza de Europa en el riego agrícola con agua regenerada”.
Propone también acentuar y trabajar en la sensibilización y concienciación de la población sobre la calidad de agua que permiten las tecnologías actuales, establecer un horizonte para su posible uso como agua de boca, “como ya se hace en regiones como Singapur, California, Texas o Namibia”, y liderar este debate en Europa, “dado que somos un país referente en reutilización”. A lo que añade, la necesidad de fomentar la incorporación de estas materias a la educación “para que exista desde una edad temprana una conciencia sostenible sobre la importancia del recurso agua como elemento imprescindible y vertebrador del desarrollo de nuestro país”.
Pero, sobre todo, AEDyR anima y pide, potenciar desde el Estado la imagen de España como país pionero y líder en desalación y reutilización. La desalación de agua para abastecimiento en España comenzó en las Islas Canarias. En 1964 se instaló la primera planta desaladora en Lanzarote. En la actualidad, en España se producen alrededor de 5 millones de m³/día de agua desalada para abastecimiento, riego y uso industrial en las más de 900 plantas desaladoras con producciones superiores a los 100 m³/día que hay en nuestro país.
“Las empresas españolas son pioneras y líderes mundiales en la exportación de tecnología y know-how de desalación y reutilización. Cinco de ellas están en el ranking de las 20 empresas del mundo con mayor capacidad de desalación instalada, incluso una en primer lugar. De hecho, han sido empresas españolas las responsables del diseño de la construcción y de la operación y mantenimiento de las primeras plantas desaladoras en países que son considerados a priori ahora como referentes de la tecnología (Israel, UAE, Chile, Australia…)”, subraya.
La Asociación está convencida de que si se toma esta iniciativa se abrirán oportunidades para la colaboración internacional en proyectos relacionados con el agua. “Cooperar y firmar acuerdos con otros países para implementar soluciones hídricas avanzadas y mostrar nuestra experiencia contribuiría a la seguridad hídrica global, pero también fortalecería las relaciones diplomáticas y comerciales de España, así como su posicionamiento en la escena internacional, y atraería fondos extranjeros”, concluye.