Una de las mayores novedades que trae la propuesta del nuevo Reglamento europeo sobre reutilización de agua es la incorporación de la gestión de riesgos, que podríamos definir como un plan de seguridad, tanto medioambiental como para la salud, del agua reutilizada para riego agrario.
Concretamente es el artículo 5 de la propuesta de Reglamento la que define el proceso de gestión de riesgos que deberá realizar el operador en cooperación con otras partes interesadas y que se define en mayor detalle en el Anexo II de la propuesta.
Aunque se espera que el reglamento final incorpore las especificaciones técnicas para complementar las tareas clave de la gestión, tal y como se definen en el anexo antes mencionado, y que todavía no se conocen públicamente, veremos a continuación en qué consisten lo que se definen como tareas claves de esta parte de la nueva normativa comunitaria.
Plan de gestión de riesgos en nueve tareas clave
En líneas generales, el plan de gestión de riesgo consta de nueve puntos o tareas clave:
1. Descripción detallada de todo el sistema de reutilización (origen de aguas residuales, fases de tratamiento, tecnologías utilizadas, infraestructuras de suministro y almacenamiento, uso previsto, lugar de utilización y cantidad de agua regenerada producida)
2. Detección de peligros potenciales (presencia de contaminantes y patógenos, fallos en el tratamiento, fugas o contaminación accidental de las aguas regeneradas)
3. Detección de entornos, poblaciones e individuos en situación de riesgo a una exposición directa o indirecta a los posibles peligros, teniendo en cuenta factores ambientales específicos (hidrogeología local, topología, tipo de suelo y factores relacionados con el tipo de cultivos y prácticas agrícolas). También deberán tenerse en cuenta posibles efectos negativos a largo plazo o irreversibles.
4. Evaluación de riesgos medioambientales y para la salud humana y animal.
5. Ampliación de los requisitos relativos a la calidad del agua y su control cuando sea necesario para garantizar una protección suficiente del medio ambiente y de la salud humana.
6. Identificación de medidas preventivas para limitar riesgos y para gestionarlos de manera adecuada.
7. Garantizar procedimientos y sistemas de control de calidad adecuados en relación a los parámetros y establecer programas adecuados para el mantenimiento de los equipos.
8. Garantizar sistemas de control medioambiental capaces de detectar cualquier efecto negativo de la reutilización del agua con procesos y procedimientos validados y documentados. Se recomienda que el operador tenga un sistema de gestión de calidad certificado de conformidad con la norma ISO 9001 o equivalente.
9. Garantizar un sistema adecuado de gestión de incidentes y emergencias actualizado, incluyendo procedimientos para informar a todas las partes interesadas.
Como hasta ahora no existía en nuestro país la obligación de crear un plan de gestión de riesgos sobre la reutilización de agua de estas dimensiones, sin duda habrá que desarrollar una metodología que sea aplicable, con la incorporación de los protocolos, monitorización, documentación, sistemas de comunicación… que esté totalmente adaptada a las particularidades de nuestro país para poder implantar satisfactoriamente y gestionar este aspecto de la nueva normativa comunitaria.